miércoles, 24 de enero de 2018

Hojas de dedalera

      Esta novela fue el prometedor debut de Victoria Álvarez (aunque no la primera novela suya que leí) que, desde entonces, no ha dejado de crear una trayectoria cada vez más impresionante; algo que puedo decir tras haber leído el resto de títulos de la autora.

Ficha técnica:

Título: Hojas de dedalera.
Autor: Victoria Álvarez.
Género literario: Misterio.
Editorial: Versátil.
Traducido por: 

Número de páginas: 520.


Londres, 1888.       

      Desde niña Annabel Lovelace se ha visto obligada a vivir con su tío, guarda del Cementerio de Highgate, donde descubre su extraña habilidad para comunicarse con los muertos, quizás gracias a la enfermedad cardiaca que la obliga a vivir entre la vida y la muerte.       
      Años más tarde, una serie de misteriosas casualidades la convertirán en la médium más influyente del Imperio Británico. Sin embargo, su don la llevará a descubrir secretos que deberían haber permanecido ocultos y que pondrán en jaque a la aristocracia londinense.


Valoración personal:


      ¿Por dónde puedo empezar a hablar de esta novela? ¿Por la portada? Preciosa, sin más. La elección de colores de la misma me parece un acierto; vistoso, pero sin llegar a ser extremadamente recargado. Eso sí, acostumbrada a las novelas de Nocturna (cuyo formato es más gordito y achaparrado), se me hizo muy raro tener una novela tan larga y estrecha en las manos. Esto no es una queja, solo un comentario tonto que me apetecía dejar escrito.

      Victoria nos traslada al Londres de finales del siglo XIX, una época que, claramente, la autora domina. Tras sus palabras se deja entrever la gran cantidad de documentación que trae consigo la novela: la descripción de los edificios, el cementerio, los tejemanejes de la Alta Sociedad, incluso los remedios para determinadas afecciones del corazón. De verdad, detalles como estos a mí personalmente me encantan porque hacen que te metas aún más en la historia. Como iba diciendo, la novela nos traslada al Londres de finales del siglo XIX, cuando el tema del espiritismo estaba en boga. Annabel Lovelace es una de las espiritistas más famosas, por no decir la más famosa de su tiempo. Su habilidad para ver y comunicarse con los muertos le ha proporcionado un sinfín de oportunidades que ella no ha desperdiciado para poder dejar atrás un pasado nada afectuoso, así como también le ha proporcionado las herramientas necesarias para averiguar lo que le ocurrió de verdad a su difunta madre, algo que lleva arrastrando desde que era una niña.

      Os voy a contar algo que me parece sublime de Victoria y es su habilidad para ir planteando determinado misterio que no te permite dejar de leer hasta que se desvela al final de la novela. Y no es diferente en Hojas de dedalera. No sé los demás, pero yo me pasé todo el libro deseando saber lo que le había ocurrido a la madre de Annabel y a Víctor. Y que justo todo ocurriera con Jack el destripador entre medias fue solo un punto extra para que resultara más atractivo.

      Víctor. El personaje me encanta, tiene una labia y un carisma que te hace amarlo casi de inmediato. Annabel me parece una mujer muy fuerte que ha sabido labrarse su propia vida en un mundo en el que ser mujer no es nada fácil, sobre todo si eres soltera y de orígenes humildes. Nathan me pareció entrañable, pero a veces era un poco intenso con su amor. Aunque no era el único y este es el punto negativo que le encuentro a la novela. Annabel pierde totalmente el norte cuando se enamora, dejando de ver todo lo que hay más allá. Deja de ser ella misma, para ser una prolongación de su enamorado, haciendo que la historia se estanque durante unos cuantos capítulos. Y a mí me gustan mucho los momentos moñas, pero a veces me superaban.

      Pese a ese punto negativo, a mí la novela me encantó y la devoré en apenas un par de días, incapaz de dejar de leer hasta que desvelé el misterio alrededor de la vida de los protagonistas.


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